Es de conocimiento general que entre los órganos dobles no hay una identidad perfecta. Manos, pies, orejas… adoptan tamaños o formas diferentes en todas las personas, pero en una proporción tan ínfima que no se puede percibir a simple vista, ni tiene consecuencias. Sin embargo, hay una coincidencia muy curiosa que se ha puesto de manifiesto en un estudio científico publicado en la prestigiosa “Aesthetic Plastic Surgery”.
Lo que ha investigado un reputado cirujano, el Dr. Francisco Gómez Bravo es que hay muchos individuos que presentan una diferencia considerable entre el tamaño de sus ojos. En concreto, todos ellos tienen en ojo izquierdo más pequeño que el derecho. El reto es encontrar una explicación científica a tal coincidencia.
Entre los factores que podrían propiciar este resultado, parece que hay una confluencia de los de carácter genético y los ambientales. En este sentido, puede haberse encontrado una conexión entre la conducción de vehículos y estos ojos izquierdos más pequeños. Según parece, la exposición mayor de este ojo a la luz del sol mientras se conduce haría que la persona contrajese sus músculos oculares, lo que desembocaría en este encogimiento del ojo.
Sea cual sea la causa, lo cierto es que tiene una incidencia importante en cómo se deben afrontar las blefaroplastias. Estamos hablando de una de las cirugías estéticas que más se demandan en los últimos años, debido a sus excelentes resultados en lo que ha rejuvenecimiento facial se refiere. De ahí la importancia de que el especialista haga un detallado estudio de las característica del paciente.
